Mientras Kate Middleton se enfrenta al cáncer, el príncipe William también se encuentra en medio de una batalla interna por intentar equilibrar su vida familiar y sus deberes reales. Una situación que, seguramente, jamás previó cuando se celebró la coronación de su padre el año pasado.
En entrevista para People, una fuente proveniente de la realeza reveló que este escenario, en el que su mujer y su padre están enfermos, es algo que William no esperaba. “Ya seas un príncipe o un pobre, nadie esperaría algo así con su padre y su esposa recibiendo tratamiento contra el cáncer”, señaló.
Esta es la batalla interna con la que lidia el príncipe William
El mismo medio también ha sugerido que debido a la situación que viven su esposa y su padre, el príncipe de Gales se ha visto envuelto en una lucha interna entre dedicarse a su familia —que tanto lo necesita en estos momentos— y su rol como heredero al trono.
Recordemos que el rey Carlos III recién se ha incorporado a sus funciones públicas, aunque no del todo, ya que también se encuentra en tratamiento debido a su diagnóstico de cáncer. Razón por la cual William tuvo que reanudar su agenda para suplir la ausencia de su padre.
Por otra parte, el hecho de tener que cumplir con sus compromisos reales es algo que seguramente al primogénito del monarca le resulta complicado, pues sabemos bien que para él su máxima prioridad es su mujer y sus hijos, sobre todo ahora que pasan por un duro momento por la enfermedad de la princesa, quien además recibe tratamiento de quimioterapia preventiva.
Es por ello que “William está priorizando darle todo el tiempo que necesita para recuperarse y el apoyo, sobre todo a los niños”, de acuerdo con lo que cuenta a la publicación una fuente cercana a la pareja.
Mientras que la biógrafa real Ingrid Seward considera que “para William, todo depende del bienestar de Kate”. Por lo que, probablemente, el hermano del príncipe Harry estará dedicando la mayor parte de su tiempo a cuidar de su mujer.
No obstante, la responsabilidad de la corona británica es algo que el príncipe lleva en sus hombros ya que sabe bien que algún día se convertirá en el rey de Inglaterra.
Aunque, según dice la experta en realeza Tina Brown en The Mirror, tanto a él como a su esposa Kate les genera una “intensa ansiedad” la posibilidad de ascender al trono antes de lo esperado.
