¿Cómo cuidar la piel? 5 errores que estás cometiendo al desmaquillarse y afectan tu rostro más de lo que piensas

Desmaquillarse es el paso más básico del skincare, pero hacerlo mal puede causar ¡envejecimiento prematuro!, entre otras consecuencias en la piel.

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Estos son los errores que sigues cometiendo e impiden que tengas tu piel de porcelana.

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Desmaquillarse parece un paso sencillo, pero es justo ahí donde muchas rutinas de cuidado de la piel fallan. Y es que no basta con pasar una toallita húmeda o enjuagar con agua: la forma en la que retiras tu maquillaje determina si tu piel se regenerará correctamente durante la noche o si despertarás irritada, tirante o apagada.

Incluso aquellas que amamos el skincare cometemos errores pequeños pero constantes que, con el tiempo, pueden causar sensibilidad, envejecimiento prematuro y brotes inesperados.
La buena noticia es que corregirlos es fácil y, con solo unos días de ponerlos en práctica, podemos ver resultados desde los primeros días.
Estos son los cinco errores más comunes a la hora de desmaquillarse y los consejos para evitarlos con la finalidad de cuidar tu piel.

Frotar demasiado fuerte: provoca irritación y líneas prematuras

Uno de los errores que solemos cometer es tallar la piel buscando “acelerar” el proceso de desmaquillaje. Esta fricción daña la barrera cutánea, puede provocar irritación, rojeces y llegar a marcar líneas de expresión en las áreas en las que nos frotamos.
La solución es dejar que el producto trabaje por ti; puedes aplicar tu crema desmaquillante de forma suave sobre la zona que quieres retirar producto, masajeando suavemente y permitiendo que el maquillaje se derrita solo. Una vez logrado el objetivo, con la ayuda de un pad, retira gentilmente.

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No frotes tu rostro.

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Usar toallitas como único método de limpieza

Las toallitas húmedas son superprácticas, pero no limpian a profundidad. De hecho, muchos residuos pueden quedar en los poros y generar brotes o textura irregular si no se eliminan de forma correcta. La recomendación es usarlas solo como apoyo ocasional y complementar siempre con una limpieza real que contenga geles, espumas o leches limpiadoras, bálsamos o cremas; esto dependerá de tu tipo de piel.

No hacer doble limpieza

El maquillaje a prueba de agua, la contaminación e incluso el protector solar no se retiran por completo con un solo paso.
La doble limpieza es una práctica que nos ayuda a eliminar gran parte del producto sin maltratar la piel; saltarte este paso puede dejar residuos que produzcan obstrucción, ayudando a generar brotes y textura.
Implementar este paso en tu rutina es sencillo; puedes adquirir productos como aceites limpiadores. Ojo aquí, este producto debe ser de uso exclusivo con esta finalidad; no apliques cualquier aceite sobre tu rostro.

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Realiza doble limpieza

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No desmaquillar correctamente los ojos

La zona ocular es una de las más delicadas de nuestro rostro y aun así solemos frotarla demasiado o usar productos que no están diseñados para ella.
Esto, además de provocar daño en nuestra visión, puede propiciar la caída de pestañas y la aparición de líneas prematuras.
La forma correcta de desmaquillar esta área es empapando un algodón con desmaquillante y colocarlo sobre el párpado; después de dejarlo actuar unos minutos, el producto se derretirá solo sin necesidad de generar fricción.

Pensar que desmaquillarse y lavar la cara es lo mismo

¡Este error es muy común! Muchas veces creemos que el gel limpiador es suficiente para eliminar todo, pero no es así. Los limpiadores están diseñados para eliminar suciedad y sudor, no necesariamente maquillaje. Si no retiramos primero la capa de cosmético y protector solar, nuestro limpiador no llegará realmente a la piel, propiciando que los poros queden sucios. Además, esto también podría influir en que sérums o productos que aplicamos después de limpiar no sean eficaces.
Por ello, es vital incluir en nuestra rutina la doble limpieza; de esta forma nos estamos asegurando de darle a nuestra piel un lavado gentil y a profundidad.

Desmaquillarse correctamente es una de las formas más efectivas de cuidar tu piel. Evitar estos errores no solo mantiene la barrera cutánea intacta, sino que también potencia los beneficios de tu rutina y ayuda a que tu rostro luzca más fresco, luminoso y saludable. Una buena limpieza nocturna, así como la asesoría de un experto, es sin duda alguna el paso que más transforma tu piel con el tiempo.

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