Con la llegada de los primeros jets comerciales, el turismo cambió radicalmente...
1960
Hace más de 50 años los viajes en avión eran muy caros e ir a Europa o a New York era una aventura que a veces se hacía solo una vez en la vida. Pero cuando los aviones dejaron atrás sus cuatro motores de hélice y en 1958 llegaron los primeros jets comerciales, cortando las horas de viaje y los precios del mismo, el mundo del turismo cambió ciento por ciento y en los años 60 se pusieron de moda infinidad de destinos. La llegada de estos aviones rápidos también inspiró la frase jet set, que describía el exclusivo grupo de famosos que prácticamente “vivía” en los aviones, viajando de un lugar de moda a otro. Esta nueva forma de trasladarse facilitó también que los paparazzi viajaran con rapidez a seguirle los pasos a esa nueva jet set.
A finales de los 60, casada con el millonario griego Aristóteles Onassis, Jackie Kennedy Onassis puso de moda la isla de Capri, en Italia, donde anclaba su yate y la veíamos de compras por sus callejuelas con su íntimo amigo el diseñador Valentino. Lo mismo hizo con las islas griegas, que vieron en alza su popularidad, incluyendo los cruceros por el mar Egeo, las islas de Mykonos, Santorini y Skorpios -propiedad de Onassis, donde Jackie tomaba el sol desnuda-. En los 60 también ocurrió el redescubrimiento de Londres, y millones de turistas visitaron la famosa Carnaby Street y recorrieron la tierra de The Beatles.
La playa francesa de St. Tropez -territorio de Brigitte Bardot y de Mick y Bianca Jagger, quienes se casaron allí- se puso muy de moda, y desde entonces su fama ha seguido en aumento con la familia Grimaldi, P. Diddy, Bruce Willis, Ivana Trump y otros famosos. En 1967, su hotel Byblos era el lugar donde ver y dejarse ver, y su nightclub Les Caves du Roy... ¡la locura!
También fue la década de Acapulco, un sitio favorito de muchas celebridades, y el hotel Las Brisas, en la montaña, con sus casitas rosadas, piscinas privadas y los jeeps que subían para llevar el desayuno era el lugar ideal para una luna de miel soñada.
1970
La creación del avión Jumbo Boeing 747 multiplicó aún más la cantidad de viajeros que se trasladaban con facilidad de un lugar a otro, y los 70 fueron la década de España. La ciudad costera de Marbella, que con su exclusivo Marbella Club -fundado por el príncipe Alfonso de Hohenloe, ex esposo de la princesa Ira von Fürstenberg- había aparecido en los 60, con huéspedes famosos como Sean Connery, Grace Kelly, el duque de Windsor, etc., en la década de los 70 creció todavía más y se convirtió en uno de los lugares más famosos del mundo. Jet-setters y royals compartían con millonarios árabes, y la Costa del Sol, desde Torremolinos hasta Estepona, se expandió con ofertas turísticas para todos los presupuestos. Como era la década de los clubes, los hippies y las costumbres mucho más libres, la bohemia isla de Ibiza (una de las Baleares) se puso muy de moda con artistas, músicos, modelos y celebridades deseosos de pasar una noche loca... lo que continúa hasta el día de hoy.
A fines de los 50 la boda de Grace Kelly y el príncipe Rainiero de Mónaco había devuelto el glamour al Principado, y en la década de los 70 este estaba más de moda que nunca, invadido por ricos turistas que llegaban allí en sus yates y pasaban sus noches en el casino de Montecarlo y en el nightclub Jimmy’z, propiedad de la legendaria Regine, la reina de las discotecas, cuyos clubes Regine’s eran la locura en París, New York y 25 ciudades en todo el mundo.
Los 70 también fueron la época de Marruecos y la ciudad de Marrakesh (Yves Saint Laurent la puso de moda), lo mismo que los superexclusivos balnearios invernales de St. Moritz y Gstaad en Suiza, en cuyos hoteles Badrutt Palace y Gstaad Palace, Cartier y Chopard vendían diamantes del tamaño de rocas y nadie se asombraba.
En América Latina, República Dominicana se convirtió en el paraíso turístico que sigue siendo hoy día, cuando en 1975 se construyó el bello resort de Casa de Campo en La Romana.
