El maquillaje con glitter siempre ha sido sinónimo de celebración, fantasía y atrevimiento. Pero en 2025, esta tendencia ha evolucionado hacia una versión mucho más refinada: el brillo se lleva con elegancia, estrategia y buen gusto, sin caer en excesos. Ya no se trata de cubrir todo el párpado de escarcha o llevar labios de alto impacto: el nuevo glitter es sutil, bien colocado y con intención.
Lo mejor de esta nueva forma de usar brillo es que funciona para cualquier edad, tipo de piel y ocasión, desde un evento de noche hasta un look casual con un toque especial. ¿La clave? Aplicarlo como un acento de luz, no como el protagonista absoluto del maquillaje.
Aquí te contamos cómo sumar glitter a tu rutina de belleza sin perder sofisticación (y sin parecer que vienes directo de un festival).
Cómo aplicar correctamente brillo en tu makeup
Elige el tipo de glitter adecuado. En lugar de glitter grueso o con partículas grandes, apuesta por formulaciones finas o con microdestellos. Los pigmentos perlados, líquidos con shimmer y sombras con acabado satinado son ideales para lograr ese brillo elegante y delicado.
Los tonos champán, dorado suave, cobre rosado y lavanda brillante son más fáciles de integrar que los neones o multicolor.
Menos es más: aplica solo en un punto estratégico. Para mantener el equilibrio visual, elige una sola zona del rostro para aplicar glitter: ya sea ojos, pómulos o labios, pero no todo a la vez. Esto da un efecto chic y evita recargar el look.
- En los ojos: aplícalo en el centro del párpado móvil o en el lagrimal.
- En el rostro: sobre el hueso del pómulo, sobre tu iluminador habitual.
- En los labios: solo al centro del labio inferior, encima del gloss.
Úsalo como acento sobre maquillaje neutro. El glitter brilla más cuando se combina con tonos mate o nude. Si llevas un párpado con sombras en tonos tierra, un toque de brillo en el centro crea dimensión sin robar protagonismo. En piel natural y labios neutros, un toque de shimmer en los ojos se ve actual y sofisticado.
Prueba fórmulas en gel o líquidos para mayor control. Los productos en gel, crema o líquidos con glitter fino se adhieren mejor a la piel y no se esparcen por todo el rostro. Además, te permiten aplicar con precisión justo donde quieres que el brillo se quede (y no donde caiga al azar).
Evita combinaciones caóticas de texturas. Si usas glitter, procura que el resto del maquillaje tenga un acabado suave o satinado, no muy cargado. Evita combinar glitter con delineadores metálicos, labios muy oscuros o blushes muy marcados. El equilibrio es lo que hace que el brillo se vea elegante.
El glitter bien aplicado no es sinónimo de exceso, sino de estilo. En esta nueva era del maquillaje, el brillo no desaparece… se transforma en un detalle de luz que realza tu belleza sin opacarla. Si sabes dónde colocarlo y cómo combinarlo, el resultado puede ser tan sofisticado como memorable. Brilla, sí, pero con intención (y con clase).