El labial es mucho más que un toque de color: puede transformar por completo tu rostro, refrescar tu look y darte un aire más joven o sofisticado, según cómo lo elijas. Pero entre tantos tonos, una pregunta frecuente es: ¿me favorece más el rojo clásico, el cereza vibrante o el vino profundo?
La clave está en dos factores que no fallan: tu tono de piel y tu edad. Estos determinan qué matices resaltan tu belleza natural sin endurecer las facciones ni apagar tu expresión. Aquí te decimos cómo elegir entre rojo, cereza o vino para que tu sonrisa destaque con estilo.
Tono de labial rojo: clásico y vibrante
Perfecto para pieles claras a medias y para todas las edades
El rojo clásico, con subtonos fríos (como el rojo cereza o el rojo frambuesa), ilumina el rostro al instante y proyecta seguridad. Es un must para eventos formales, cenas o para levantar cualquier look neutro.
Si tienes más de 40: apuesta por un rojo satinado o cremoso en lugar de mate, para no marcar líneas y dar volumen a los labios. En piel clara o rosada: el rojo frío resalta sin endurecer. En piel media o dorada: el rojo anaranjado puede ser otra opción si buscas más calidez.
Tono cereza: juvenil y favorecedor
Perfecto para todas las edades y pieles intermedias a morenas claras
El labial cereza tiene ese punto medio entre rojo y rosa, lo que lo convierte en un tono alegre, fresco y universalmente favorecedor. No es tan intenso como el vino ni tan tradicional como el rojo, lo que lo hace ideal para el día a día.
Si tienes más de 50: elige un cereza cremoso o con efecto gloss para evitar rigidez. En pieles oliva y morenas claras: aporta luminosidad sin saturar. En piel media: es perfecto para looks casuales o de oficina con poco maquillaje.
Tono vino: elegante y sofisticado
Ideal para pieles medias a oscuras y para eventos nocturnos
El vino es un tono profundo que evoca poder y elegancia. Es perfecto para otoño-invierno o para ocasiones donde quieras destacar con una vibra refinada y misteriosa.
En pieles morenas y profundas: el vino resalta con elegancia sin deslavar. Si tienes más de 50: elige fórmulas ligeras, en textura satén o gloss. Un vino demasiado opaco o mate puede endurecer los rasgos. En pieles muy claras: úsalo con maquillaje suave en ojos y mejillas para equilibrar.
La elección del labial correcto no tiene que ver con reglas estrictas, sino con armonía, luz y cómo te hace sentir. Ya sea que elijas rojo, cereza o vino, asegúrate de que el tono complemente tu piel y refleje tu energía actual. A cualquier edad, un buen labial puede ser el accesorio más poderoso que llevas puesto.