Del 28 de noviembre al 6 de diciembre se celebrará la edición número 22 del Festival Internacional de Cine de Marrakech, donde Marruecos se convierte en el epicentro del séptimo arte y la reunión de grandes estrellas de Hollywood.
Una de las apariciones más esperadas fue la de Jenna Ortega, actriz de películas como Scream y Beetlejuice, quien sorprendió en la alfombra roja con un outfit que se aleja por completo de su estilo habitual.
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El look satinado de Jenna Ortega en el Festival Internacional de Cine de Marrakech
Jenna, quien forma parte del jurado de esta edición del Festival, se aleja de su clásica estética gótica y sorprende con un look que va perfecto para la temporada navideña con un vestido de Dolce & Gabbana.
Se trata de un modelo confeccionado en tela satinada y en un color blanco marfíl que reflejaba la luz, dando la apariencia del destello de los rayos del sol sobre la nieve en las frías mañanas.
La silueta del vestido es fluida, pero estratégicamente ceñida, que dejaba al descubierto la espalda, además de un cuello halter drapeado, que se enrollaba para caer por detrás de su figura con la delicadeza de un velo festivo.
El look terminó con un cinturón delgado y un pequeño colgante que marcaba la zona de la cadera para acentuar su escultural figura.
En cuanto al maquillaje, Jenna lució una piel con acabado satinado, sombras ahumadas y un labial en tonos terracota que lucían perfecto con su larga melena lisa.
Jenna Ortega reflexiona sobre los peligros de la inteligencia artificial
Además de impactar con su estilismo, Jenna habló fuerte y claro sobre las inteligencia artificial y los peligros que representa, no solo en el mundo del cine, pues asegura que se pierde el lado humano de las personas.
“Siempre exageramos, y creo que es muy fácil dejarse llevar por el miedo, y yo lo estoy, ante una profunda incertidumbre”. Declaró Jenna.
La joven actriz señaló que es peligroso perderse en un mundo digital, dejando de lado el valor de las capacidades humanas, y lo bello de poder tener errores, en un mundo perfeccionado por la IA.
“Espero que llegue a un punto en que se convierta en una especie de comida chatarra mental y nos sintamos mal sin saber por qué. Creo que, por terrible que sea decirlo, a veces es necesario privar al público de algo para volver a apreciarlo”. Confesó Ortega.