A lo largo de su vida, Lady Di estuvo rodeada por el escrutinio constante de la prensa. Pero si hubo un momento donde el secreto era vital, fue durante los preparativos de su boda con el entonces príncipe Carlos. Y para ello tuvo que recurrir a un nombre en clave para que no se filtrara un asunto de suma importancia de ese día: su vestido de novia.
Aquel evento que paralizó al mundo en 1981 fue también un rompecabezas de logística, seguridad y discreción. Sin embargo, uno de los detalles menos conocidos sobre este periodo es que la princesa Diana usaba el nombre de “Debora Cornwall” para ocultar su identidad mientras se diseñaba su vestido de novia.
La revelación llega ahora, más de cuatro décadas después, gracias a un nuevo documental titulado Secrets of Diana’s Wedding Dress, y que recoge People, en el que Elizabeth Emanuel, una de las diseñadoras del icónico vestido, comparte anécdotas hasta ahora inéditas.
¿Por qué la princesa Diana eligió ese nombre en clave?
Según el testimonio de Emanuel, tanto ella como su entonces esposo y socio, David Emanuel, estaban conscientes del nivel de exposición al que se enfrentaban. Así que decidieron que Diana sería “Deborah Cornwall” en cada llamada, nota o mención dentro del taller.
Mientras que el apellido Cornwall parece no haber sido elegido al azar. Pues recordemos que tras su matrimonio, Diana adquirió también el título de duquesa de Cornualles, aunque el público la conoció más como princesa de Gales.
La ironía aquí es que, años más tarde, ese mismo título sería utilizado por Camilla Parker Bowles, la mujer con quien el príncipe Carlos mantuvo una relación durante su matrimonio con Diana, y que tras su boda en 2005, eligió precisamente el título de duquesa de Cornualles para no usar el de princesa de Gales, en deferencia al legado de Lady Di.
Así fue cómo se mantuvo en secreto el vestido de novia de Lady Di
Por otro lado, el nivel de secretismo alrededor del vestido de Diana fue extremo. Además del uso del nombre falso, según lo que recoge People del documental, los Emanuel contrataron guardias de seguridad, colocaron restos de telas falsas en la basura para despistar a los periodistas, y hasta elaboraron un segundo vestido completo por si algo ocurría con el original.
Incluso, la obsesión por mantener la sorpresa llegó a tal punto que ni siquiera las costureras que ayudaron a confeccionarlo sabían en su totalidad cómo se vería el vestido terminado. Aunque todo ello valió la pena, ya que el resultado fue una obra maestra que se convirtió en un ícono de las bodas reales.
El vestido de novia de Lady Di fue confeccionado en tafetán de seda marfil y encaje antiguo, con bordados a mano, lentejuelas y más de 10,000 perlas. Su diseño incluyó una espectacular cola de más de 7 metros, la más larga en la historia de la realeza británica.
Y quizás, al conocer que incluso ella necesitó de un nombre falso para proteger un sueño, podríamos entender mejor la fragilidad que ocultaba bajo su sonrisa. Porque detrás de la “princesa del pueblo”, existía también una joven que solo quería caminar hacia el altar con dignidad y un poco de privacidad.