Lady Di siempre fue cercana con las personas que trabajaban a su lado.
Pero esa cercanía también implicaba un dilema: había quienes preferían no escuchar lo que tenía para contar, por ejemplo su entrenadora personal, Jenni Rivett.
A diferencia de otros miembros de la realeza, la princesa Diana veía a su equipo no como subordinados, sino como confidentes silenciosos que la acompañaban en su día a día. Prueba de ello fue esta exempleada, a quien llegó a contarle varios secretos, según lo que relata el Daily Mail.
La gran confianza que le tenía Lady Di a su entrenadora personal
Rivett fue la entrenadora personal de Diana de Gales en los últimos años más difíciles de su vida, de 1991 a 1997. Así, a lo largo de este tiempo, ella fue testigo cercano del colapso emocional de Lady Di, del fin de su matrimonio con el ahora rey Carlos III y del dolor íntimo que la princesa apenas podía compartir con el mundo.
Sin embargo, había algo que la frenaba. En más de una ocasión, cuando Diana comenzaba a hablarle con sinceridad, Rivett sugiere al citado medio que intentaba detenerla para no escuchar nada. No por falta de interés, ni por desconfianza, sino por algo más delicado: el miedo a ser vista como traidora.
“Por favor, no me digas más, porque si esto aparece mañana en los periódicos, vas a pensar que fui yo”, según llegó a decirle Jenni a Lady Di. Y si bien ello pudiera interpretarse como un mal gesto, la realidad es que ello escondía una verdad dolorosa: convivir con la princesa más famosa del planeta implicaba caminar en una delgada línea entre el cariño y la exposición, entre la lealtad y la sospecha.
También, la entrenadora señala que nunca se pasó “de la raya” y que jamás hizo pregunta alguna sobre lo que escuchaba de la royal, y que ello seguramente es algo que Diana apreciaba de ella.
Jenni tenía sesiones programadas con Diana para después de las vacaciones de verano de 1997, las cuales nunca llegaron a concretarse debido al accidente automovilístico que le quitó la vida a Lady Di. Una noticia que Jenni recibió a través de un amigo, sugiere la publicación británica, y que hasta ahora ha abordado en público.
Por último, según Rivett, lo único que de verdad le importaba a la fallecida princesa de Gales eran sus hijos, los príncipes William y Harry, quienes lo “eran todo para ella”, confesó. Por lo que hoy, si los viera enfrentados, la entrenada asegura que Diana estaría “devastada”.