La historia detrás de la enigmática tiara Flor de Lis, ¿fue herencia de Victoria Eugenia a la reina Letizia?

La joya más representativa de la casa real española está envuelta en simbolismo, tradición y un legado que comenzó hace más de un siglo con Victoria Eugenia.

El vestido negro de Hugo Boss que hace brillar a la reina Letizia

La reina Letizia es portadora de una tiara histórica heredada a todas las reinas consortes.

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Entre todas las joyas que han acompañado a las reinas de España, pocas poseen una historia tan profunda y cargada de significado como la tiara Flor de Lis. Su origen remite a una boda real, su estructura habla del linaje borbónico y su presente la coloca como una de las piezas más solemnes del joyero real.
La pieza perteneció a Victoria Eugenia, pero terminó convertida en una joya de transmisión regia que pasa de reina en reina. Esta es su historia y el recorrido que la llevó a la actual reina consorte: la reina Letizia.

La tiara que nació para una reina: el regalo de Alfonso XIII a Victoria Eugenia

La historia de la Flor de Lis comienza en 1906, cuando Alfonso XIII ordenó a la joyería Ansorena la creación de una pieza monumental como obsequio de bodas para su prometida, Victoria Eugenia de Battenberg. La diadema fue elaborada en platino y diamantes, con tres flores de lis en la parte central, símbolo oficial de la casa de Borbón.

Desde su nacimiento, la tiara no fue una simple joya: representaba la entrada de Victoria Eugenia en una monarquía que buscaba proyectar modernidad y estabilidad. Además, fue pensada como una pieza solemne, destinada a los grandes actos de Estado y a las ocasiones más trascendentes de la vida real.

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La nieta de la reina Victoria fue reina de España.

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Con el tiempo, la reina decidió incluirla en un conjunto especial de alhajas llamado “Las joyas de pasar”, creado para que, sin importar las circunstancias políticas, estas piezas pasen siempre de una reina consorte a la siguiente. Con ello, Victoria Eugenia selló el destino de la tiara: Dejar de ser un bien personal y convertirse en un legado dinástico.

¿La recibió Letizia como herencia?

Aunque popularmente se dice que la reina Letizia “heredó” la Flor de Lis, la realidad es más precisa. Sí pertenece al legado iniciado por Victoria Eugenia y formó parte de sus joyas personales; sin embargo, no se transmitió a Letizia Ortiz como una herencia privada.
Al estar incluida en las joyas de pasar, la diadema no pertenece a una reina en específico, sino a la institución monárquica. Es decir, cualquier reina consorte tiene derecho a lucirla, pero no a modificarla, venderla o legarla como propiedad individual.
Siendo así, Letizia depositaria temporal de uno de los tesoros más significativos de la monarquía española, mas no la heredera.

Las apariciones más memorables de Letizia con la Flor de Lis

La reina ha elegido esta diadema solo en momentos clave de su vida institucional, lo que refuerza su carácter solemne.
Durante la cena de gala con el presidente de Argentina en 2017, Letizia sorprendió al estrenar la Flor de Lis por primera vez. El gesto fue interpretado como un paso firme hacia su rol plenamente consolidado como reina consorte.

Official Dinner Of Spanish Royals And President Mauricio Macri And Wife

Letizia portando por primera vez la tiara Flor de Lis en febrero 22, 2017.

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Hacia 2019, la reina volvió a recurrir a la tiara en un banquete ofrecido al presidente de China. En esta ocasión, la tiara se convirtió en protagonista de una imagen ampliamente replicada por la prensa internacional.

En una gala especialmente significativa, con motivo del 20 aniversario de boda en 2024, Letizia eligió la Flor de Lis como recordatorio del legado que unió a Alfonso XIII y Victoria Eugenia, en paralelo con su propia historia junto al rey Felipe VI. Su atuendo en color blanco y plata permitió que la diadema brillara como pieza protagónica.

El símbolo que sobrevivió al exilio, cambios políticos y el paso del tiempo

La Flor de Lis no solo es una joya exquisita, es un testigo vivo de más de un siglo de historia. Ha sobrevivido al exilio de la familia real, a la caída y restauración de la monarquía, a la transición democrática y a los cambios radicales en el estilo y el papel de las consortes.
Que hoy Letizia Laporte demuestra la intención de mantener viva una tradición que se remonta a Victoria, pero también de reinterpretarla desde la elegancia moderna y minimalista que caracteriza al estilo de la reina.

La tiara Flor de Lis es un puente entre pasados y presentes reales. Nacida del amor de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, elevada después al rango de joya dinástica y reinterpretada en el reinado de Felipe y la reina Letizia, sigue siendo la pieza más solemne de la corona española, un legado vivo que pasa de reina en reina como símbolo de linaje.

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