Frances Helen Manners, conocida también por ser la duquesa de Rutland, murió el pasado fin de semana, a la edad de 86 años, en su castillo de Belvoir en Leicestershire, acompañada de su hijo mayor David Charles Manner.
Sin embargo, este lamentable deceso ha hecho que el foco mediático vuelva a estar sobre esta conocida familia, pues ésta se vio envuelta en un escandaloso divorcio del que incluso se hizo una serie.
En caso de que no lo tengas muy presente, déjanos contarte que Frances Helen nació el 19 de junio de 1937 y era hija de la aristócrata Margaret Campbell, quien se hizo famosa en la socialité británica gracias a su segundo marido Ian Douglas Campbell, undécimo duque de Argyll, de quien después se divorció de la manera más escandalosa posible.
Aunque Frances no era hija de este duque, sino del estadounidense Carlos Francisco Sweeny, ya que su madre estuvo casada primero con éste por unos años.
Siguiendo con la historia, Frances y su hermano fueron criados en gran medida por la cocinera de su madre. Aunque su vida dio un giro radical cuando ella tenía 21 años, ya que el 15 de mayo de 1958, Frances se casó con Charles Manners, el décimo duque de Rutland, considerado como uno de los solteros más codiciados de Gran Bretaña. De ahí que Frances Helen se convirtiera en duquesa de Rutland.
De este matrimonio nacieron sus cuatro hijos: David Charles, Robert George, Helen Theresa y Edward John. Asimismo, Frances y Charles estuviero casados hasta 1999, que fue el año en el que su esposo falleció.
El escandaloso divorcio que afectó a la duquesa de Rutland
Si bien su vida sentimental no dio mucho de qué hablar, fue la madre de Frances, Margaret Campbell, la que ensombreció su vida, ya que ésta protagonizó un divorcio bastante escandaloso en 1963.
Si recuerdas bien, te contamos que Margaret estuvo casada con el duque de Argyll, con quien contrajo matrimonio en 1951. Pero cuando se divorciaron, se hizo un polémico juicio en el que se evidenció que Margaret le fue infiel al duque.
De hecho, durante el mismo se mostraron unas fotografías de la madre de Frances teniendo sexo con otros hombres, por lo que con estas pruebas, ella perdió el juicio, lo que derivó que fuera estigmatizada de “prostituta” en sus círculos sociales y que se retirara de la vida pública.
Tanta fue la verguenza que Frances sintió por su madre que no se hablaron en dos décadas y cuando se encontraban en eventos, apenas y se saludaban. Sin embargo, lograron reconciliarse en 1991, mientras que dos años después murió su progenitora.