El título de Duque de York, creado en 1385, es uno de los más antiguos y notables de la monarquía británica, tradicionalmente otorgado al segundo hijo del rey; sin embargo, su historia parece marcada por una inquietante maldición, pues casi todos los hombres que lo han llevado han enfrentado destinos trágicos, escándalos o caídas en desgracia.
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¿Quiénes han sido duques de York y cuál fue su trágico destino?
A lo largo de la historia de la monarquía británica, el título de Duque de York ha sido sinónimo tanto de prestigio como de infortunio.
Entre batallas, conspiraciones, abdicaciones y escándalos, parece que ningún York ha podido llevar su nombre sin pagar un precio.
Edmundo de Langley
La supuesta “maldición” comenzó en el siglo XIV con Edmundo de Langley, primer Duque de York y fundador de la Casa de York. Su linaje terminó en sangre durante la Guerras de las Rosas, cuando su hijo Ricardo de York fue decapitado en la batalla de Wakefield en 1460 y su cabeza fue exhibida con una corona de papel como burla.
Ricardo, duque de York
Uno de sus descendientes, Ricardo, duque de York y hermano menor de Eduardo V, también tuvo un final trágico. Fue uno de los célebres “Príncipes de la Torre”, desaparecidos misteriosamente en la Torre de Londres, presuntamente asesinados bajo las órdenes de su tío, Ricardo III.
Enrique VIII
Siglos después, el título pasó fugazmente por Enrique VIII, quien lo ostentó brevemente antes de convertirse en rey de Inglaterra; sin embargo, su vida, lejos de librarse de la maldición, estuvo rodeada de excesos, rupturas religiosas y muertes trágicas, incluyendo las ejecuciones de dos de sus esposas, Ana Bolena y Catalina Howard.
Jacobo II
El patrón sombrío continuó con Jacobo II, que también fue Duque de York antes de ascender al trono, solo para ser derrocado y exiliado en la Revolución Gloriosa de 1688.
Jorge VI
Ya en el siglo XX, Jorge VI, padre de la reina Isabel II, llevó el título antes de convertirse en rey tras la abdicación inesperada de su hermano Eduardo VIII, y aunque rompió parcialmente la racha de tragedias, su reinado estuvo marcado por la Segunda Guerra Mundial y una salud frágil que lo llevó a morir prematuramente.
Príncipe Andrés
El actual portador, el príncipe Andrés, tampoco logró escapar a la supuesta maldición, pues el pasado 17 de octubre renunció al uso de sus títulos reales y al tratamiento de Alteza Real.
Fue el escándalo Epstein, lo que lo llevó a perder honores militares, patrocinios reales y la confianza del público, cayendo en desgracia y sufriendo humillaciones, que lejos de terminar, podría enfrentar aún más.