Después de los 40 años, muchas mujeres buscan un maquillaje que las haga lucir frescas, naturales y con un brillo saludable, sin caer en el exceso de cobertura. La tendencia actual lo confirma: menos es más, y el nuevo ideal de belleza se aleja de las bases pesadas para dar paso a un look luminoso, ligero y estratégico, que realza sin ocultar.
Este tipo de maquillaje no solo rejuvenece visualmente, sino que respeta la textura natural de la piel, evita que se marquen las líneas de expresión y permite que el rostro se vea más descansado y vital. ¿Lo mejor? No necesitas ser experta para lograrlo. Aquí te contamos cómo conseguirlo y por qué es el aliado perfecto para mujeres 40+.
Luce una piel fresca y radiante sin saturar tu rostro de productos
Hidratación primero, siempre. Todo maquillaje luminoso parte de una piel bien hidratada. Usar un suero con ácido hialurónico o una crema con efecto glow antes del maquillaje ayuda a que la piel luzca jugosa y con vida, y evita que el maquillaje se asiente en las arrugas.
Si tu piel es seca o mixta, opta por productos con acabado satinado en lugar de mate. Tu piel lo agradecerá.
Base ligera o skin tint (o ninguna). La clave está en usar fórmulas ligeras o directamente prescindir de la base tradicional. Los skin tints, las BB creams o los correctores estratégicos son suficientes para igualar el tono de la piel sin recargar.
Llas bases pesadas pueden marcar líneas finas y dar una apariencia apagada. En cambio, un acabado translúcido permite que la luz rebote naturalmente, dando un efecto “piel sana”.
Iluminador: el toque clave. Aplicado en puntos estratégicos —pómulos, lagrimal, arco de la ceja y tabique nasal—, el iluminador líquido o en crema aporta luz sin exagerar. No se trata de brillar como bola de disco, sino de crear un halo natural de frescura.
Elige tonos champagne o melocotón suave que se integren con tu piel y evita los iluminadores con glitter grueso, que pueden endurecer.
Rubor cremoso y natural. Un buen rubor en crema, aplicado con los dedos o esponja, puede cambiarlo todo. Da vida al rostro, define los pómulos y aporta un efecto sonrojado que rejuvenece instantáneamente.
Colores ideales: rosa quemado, coral o terracota claro, según tu tono de piel. Aplícalo en las mejillas y difumina hacia arriba para un efecto lifting suave.
Labios frescos, no sobrecargados. Opta por bálsamos con color, tintes o labiales satinados que hidraten y aporten un tono saludable sin marcar las líneas. Evita los mates excesivos que pueden resecar o envejecer visualmente.
Los tonos cereza, rosa malva y vino claro son perfectos para dar color sin rigidez.
El maquillaje luminoso sin base pesada es una de las mejores decisiones de belleza para mujeres de más de 40 años. No solo realza tu piel de forma natural, sino que te conecta con una estética más real, más fresca y más libre. Porque no se trata de cubrir, sino de iluminar lo que ya tienes.