Cada mes de junio, la Familia Real Británica tiene anotado en su calendario el Royal Ascot, uno de los eventos deportivos más importantes del Reino Unido y que también es considerado toda una tradición para la monarquía inglesa.
El Royal Ascot es un evento ecuestre fundado en 1711 por la reina Ana y se realiza en el hipódromo de Ascot, en Berkshire. Pero detrás de los caballos de pura sangre, los elegantes sombreros y el champán, hay detalles que hacen de Ascot una experiencia única. Por ello aquí te compartimos algunas de las curiosidades que revelan por qué este evento es tan fascinante.
El estricto protocolo de vestimenta y sombreros
En el Royal Enclosure, que es la zona más exclusiva reservada para la realeza y sus invitados, el código de vestimenta es tan importante como la carrera misma. Las mujeres deben llevar sombreros o tocados de al menos 10 cm de diámetro, y los sombreros extravagantes son parte del encanto del evento. Desde plumas monumentales hasta diseños esculturales, Ascot es el desfile no oficial de sombrerería británica.
También, los hombres que asisten deben usar chaqué negro o gris con chaleco y corbata, sombrero de copa y zapatos negros. Todo está reglamentado, incluso el largo del vestido femenino, que debe ser debajo de la rodilla o más largo. Quien no cumpla con el protocolo, simplemente no entra.
El gran consumo de champán y comida en el Royal Ascot
Durante los cinco días del Royal Ascot, los asistentes disfrutan de una experiencia gastronómica de lujo. Datos recopilados por Town & Country indican que se consume un aproximado de 56.000 botellas de champán, 44.000 botellas de vino, 21.000 jarras de Pimm’s y 60.000 sándwiches. También, se sirven 80.000 tazas de té y 128.500 botellas de agua mineral, según indica el mismo medio.
La procesión real que marca el inicio de la jornada
Cada jornada del Royal Ascot comienza con la llegada de los miembros de la Familia Real Británica en carruajes tirados por caballos. A este recorrido tradicional, que se realiza desde Windsor hasta el hipódromo, es conocido como la procesión real. Este es uno de los momentos más esperados por el público y un claro recordatorio de que Ascot es también un evento monárquico.
La reina Isabel II nunca faltó al Royal Ascot (hasta 2020)
Por su parte, la reina Isabel II asistió al Royal Ascot cada año desde 1945 hasta 2019. Solo se ausentó por primera vez de este evento en 2020 debido a la pandemia de COVID-19, cuando el evento se celebró sin público por primera vez en su historia a causa de la contingencia.
Los caballos de la Familia Real también compiten en el Royal Ascot
La Familia Real no solo asiste: también compite. La reina Isabel II tuvo más de 24 caballos ganadores en Ascot, y solía seguir las carreras con enorme entusiasmo. De hecho, el rey Carlos III y la reina Camila heredaron parte de esos caballos tras su fallecimiento. Incluso, en 2023, el Desert Hero, criado por la fallecida monarca, obtuvo una victoria en la King George V Stakes, demostrando que la tradición continúa bajo el nuevo reinado.
