Judi James, experta en asuntos de la Familia Real británica y lenguaje corporal, reveló impactantes datos acerca de cómo se sentían realmente Meghan Markle y el príncipe Harry el día de su boda, evento que se llevó a cabo en la Capilla de San Jorge el 19 de mayo de 2018.
Por un lado, James afirma que el príncipe Harry se mostró realmente nervioso desde su entrada a la capilla; por otro, asegura que Meghan jamás mostró signos de debilidad o ansiedad.
En declaraciones a Sky News, la experta comentó: “Meghan estuvo increíble. Caminando sola hacia el altar, busqué hasta el más mínimo indicio de ansiedad y nerviosismo reprimidos; no había absolutamente nada”. Asimismo, agregó: “Para mí, ella fue la fuerza a la hora de afrontar el día y la actuación en sí”.
¿Qué signos de nerviosismo mostró el príncipe Harry el día de su boda con Meghan Markle?
De acuerdo con Judi James, existieron varios indicios en el lenguaje corporal del duque de Sussex que denotaron su evidente nerviosismo, por ejemplo:
- Realizó 12 autotocamientos corporales repetidos, incluyendo retorcerse las manos, jugar con sus guantes y tirar de su abrigo de piel de ante azul, “todo lo cual sugiere una ansiedad extrema”, aseguró James.
- “Su lamido de labios normalmente sugeriría una boca seca causada por el mismo nerviosismo”, agregó la experta.
- Harry preguntó a su hermano, el príncipe William: "¿Está Meghan aquí?”.
¿Qué señales de seguridad extrema mostró Meghan Markle durante el día de su boda con el príncipe Harry?
Por el contrario, Meghan Markle nunca perdió la compostura en su rol de novia. Según Judi James, estas fueron las señales de seguridad que la duquesa demostró frente al altar:
- Se sentó con la mano sobre la de Harry durante buena parte del servicio, como si lo estuviera tranquilizando.
- Resplandeciente con un vestido de Givenchy, mantuvo la compostura durante el intercambio de votos.
- Durante el intercambio de votos mantuvo su mano firme, como la de una “bailarina de ballet”, señaló Judi James.
- Miró directamente a Harry mientras hablaba durante la ceremonia, una señal de su confianza. “Esto es inusual para una boda real, ya que la novia generalmente mira a su novio con miradas muy pequeñas”, sentenció James.
- Decidió el momento en el que ella y Harry se besarían frente al altar, según la lectora de labios. La duquesa le dijo al novio: “Está bien, vamos a besarnos”. El duque accedió de buena gana, señalan los expertos.